El Eneagrama describe nueve tipos de personalidad, cada uno con sus propias fortalezas, debilidades y mecanismos de defensa.
El Camino de Santiago es una travesía que invita a la reflexión y al crecimiento personal. A lo largo de sus senderos, los peregrinos se enfrentan no solo a desafíos físicos, sino también a dilemas internos que muchas veces se presentan en forma de paradojas. Estas aparentes contradicciones pueden ser desentrañadas y comprendidas a través del Eneagrama, una herramienta poderosa de autoconocimiento.
Se dice que tiene su origen allá por el año 2.000 a.C. en Babilonia. Desarrollado por los griegos pitagóricos y los primeros cristianos, se incorpora también a la tradición sufí. Se relaciona su existencia con las hermandades de sabios y con el florecimiento de las matemáticas, la astronomía y la mística. Los antiguos maestros lo utilizaban para descubrir la aptitud de los estudiantes para poner en práctica su propia sabiduría.
Hoy en día existen diferentes corrientes en continuo cambio y evolución que lo utilizan en ámbitos como la creación de proyectos, los recursos humanos, la educación y la salud.
Las herramientas para el autoconocimiento como el eneagrama ayudan a interpretar las paradojas personales que surgen en el Camino de Santiago y durante nuestra vida. Por ejemplo:
- El Perfeccionista (Tipo 1): Pueden luchar con la paradoja de la imperfección en el camino. Mientras buscan la perfección, el Camino de Santiago les enseña que la belleza reside en la imperfección y en aceptar las cosas tal como son.
- El Ayudador (Tipo 2): A menudo se encuentran con la paradoja de la generosidad. En su deseo de ayudar a otros, pueden olvidarse de sí mismos. El Camino les recuerda que cuidar de uno mismo también es crucial para poder ayudar verdaderamente a los demás.
- El Triunfador (Tipo 3): Se enfrentan a la paradoja del éxito. Mientras buscan logros y reconocimiento, el Camino les muestra que el verdadero éxito no siempre es visible y a veces consiste en pequeñas victorias interiores.
- El Individualista (Tipo 4): Viven la paradoja de la identidad y la autenticidad. A través del Camino, aprenden que su verdadera esencia no depende de la singularidad, sino de la conexión con los demás y el entorno.
- El Investigador (Tipo 5): Luchan con la paradoja del conocimiento y la experiencia. Aunque valoran la información, el Camino les enseña que la sabiduría se encuentra en la experiencia directa y la participación activa.
- El Leal (Tipo 6): Enfrentan la paradoja de la seguridad y la confianza. En su búsqueda de seguridad, el Camino les muestra que la verdadera confianza se basa en la fe y la capacidad de enfrentar lo desconocido.
- El Entusiasta (Tipo 7): Se encuentran con la paradoja del placer y la profundidad. En su búsqueda de nuevas experiencias, el Camino les enseña el valor de la contemplación y la profundidad emocional.
- El Desafiador (Tipo 8): Viven la paradoja del control y la vulnerabilidad. El Camino les enseña que la verdadera fortaleza a veces reside en mostrarse vulnerables y confiar en otros.
- El Pacificador (Tipo 9): Enfrentan la paradoja de la paz y la acción. Aunque buscan la armonía, el Camino les recuerda que a veces es necesario tomar acción y defender sus propios deseos para encontrar la verdadera paz.

Nuestros talleres de Eneagrama en el Camino de Santiago nos ayudan a conocernos mejor a nosotros mismos.
En un viaje a través de la ironía, la curiosidad y el humor por los nueve tipos de personalidad a través de sus ideas más fijas, sus emociones más apasionadas y de las trampas en las que podemos caer.
En él descubriremos cómo hemos ido moldeando la forma de entender, sentir y de percibir el mundo con la que nos identificamos actualmente. Las distintas formas de Ser son igualmente válidas y todas están en cada uno de nosotros en mayor o menor medida. Cada Ser humano es único e irrepetible.
Sin embargo la hipótesis de partida es que en cada persona existe una estrategia dominante que conforma su carácter. Cuando descubras tu tendencia dominante tendrás la oportunidad de gestionarla mejor, una nueva visión de nosotros mismos.
Se pretende despertar en el caminante un replanteamiento de la visión actual de si mismo. El conócete a ti mismo que figura en el Oráculo de Delfos, y que trasformó la vida de Sócrates, será nuestro punto de partida.
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